Publicado em Bitácora (Informativo da Federação Internacional de Automobilismo – FIA) – Nº14 – 13 de janeiro de 2010 (Em espanhol)
Muertes y lesiones provocadas por la violencia en el tránsito matan más de 1.2 millones de personas en el mundo todos los años. A pesar de representar una tragedia de proporciones catastróficas, que provoca pérdidas económicas, sociales y emocionales inconmensurables, este problema no ha recibido la atención necesaria, principalmente en los países en desarrollo que están en el tope del ranking de las estadísticas mundiales sobre la mortalidad en el tránsito.
Esta negligencia que resulta en un casi conformismo estimuló a las Naciones Unidas a realizar la 1 o Conferencia Mundial Ministerial para la Seguridad en el Tránsito.
Presidiendo la Delegación Brasileña , integrada por las autoridades del Ministerio de la Salud y por los dirigentes de Organizaciones No Gubernamentales representábamos junto con los otros dirigentes de América Latina y el Caribe la región del planeta con la más alta tasa de mortalidad per capita en el tránsito que es de 26 muertes por cada 10 mil habitantes.
Estábamos allí para escuchar atentamente, para aprender y principalmente para asumir un pacto con la Vida en nombre de nuestro país.
Lo que vimos, oímos e aprendimos precisa ser transformado en un empeño personal e ilimitado para su efectiva aplicación en Brasil.
Estamos hablando de un fenómeno trágico, recurrente pero que puede y debe ser evitado. Para lograrlo es preciso, en primer lugar, la voluntad y la iniciativa política. Después, el compromiso total de la administración pública en todas las esferas del poder y finalmente, pero no menos importante, la participación decidida de la sociedad.
Una década entera dedicada a las acciones de seguridad en el tránsito fue la misión que cada miembro recibió de la delegación presente en la Conferencia de Moscú. Más que la asunción de un compromiso político mundial, el evento representa en la práctica un pacto sagrado de las autoridades con cada uno de sus compatriotas.
El modelo brasileño de combate al uso de alcohol al dirigir, nuestra LEY SECA, fue uno de los ejemplos de iniciativas exitosas y objeto de recomendación a los demás países que todavía enfrentan ese problema.
Deseamos estar presentes en la 2 o Conferencia Mundial, pero nunca más como representantes de un país con referencias estadísticas negativas de óbitos en las carreteras o simplemente como país coadyuvante atento a las políticas en vigor, sino como actores de destaque exhibiendo con orgullo los resultados alcanzados, que solamente serán logrados con la intervención del gobierno y de la sociedad.
¡Juntos podremos salvar millones de vidas!
Hugo Leal
Diputado Federal (Rio de Janeiro)